Bambú JaponésEstimados Apoderados del Prekider:
Con mucho agrado les informo que nuestra amiga Marcela Alomar, Coordinadora del Preescolar, ha accedido ha publicar sus comentarios en el Blog del Kinder. Esto es una buena noticia ya que significa un gran apoyo para nosotros los Padres en lo que respecta al proceso de educación de nuestros hijos e hijas. Hay que recordar que los primeros educadores somos nosotros. Vaya entonces este decisivo material editado por Marcela para nosotros:
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“Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes:
siembras la semilla, la abonas y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable; en realidad no pasa nada visible con la semilla durante los primeros siete años; a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de sólo seis semanas la planta de bambú crece …¡más de treinta metros!
¿Tardó sólo seis semanas en crecer? no; la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, ese bambú estaba generando, silenciosamente, un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años".
Esta lectura nos quiere iluminar acerca de la importancia del desarrollo de los niños en los primeros siete años. Los expertos dicen que la manera como se forme a un niño en estos primeros siete años, va ha depender su futuro como estudiante. Es la etapa de echar raíces. Es un periodo decisivo en la configuración de la estructura cerebral. Es el periodo ideal para estimular todo, tienen una enorme velocidad de aprendizaje. El cerebro del niño es como una semilla que germina al ponerla en contacto con la experiencia. La experiencia la va a convertir en: cultura, desarrollo, conciencia de si y conciencia creadora. En esta etapa no diferencian entre realidad y fantasía. Las zonas que no son estimuladas se pierden.
Aprovechar todas las instancia del diario vivir (salidas al supermercado, paseos, trayecto del colegio a la casa, etc.) para estimular el lenguaje, el pensamiento, los sentidos, la creatividad y lo que van aprendiendo en el colegio. Es la etapa de formación de hábitos por excelencia porque, todas las experiencias de aprendizaje deben darse en forma sistemática, de lo contrario se pierden.
Un gran enemigo de este proceso es la tecnología, es decir: televisión, computador, juegos electrónicos. Entre los 2 y 5 años debemos brindarles un ambiente con variadas oportunidades de aprendizaje y experiencias a través de juegos didácticos, talleres para niños, lecturas de cuentos, conversaciones en familia, salidas y paseos familiares, espacios para correr, saltar, trepar, experiencias de contacto intenso y lúdico con la naturaleza y con la vida cotidiana (cocinar, cuidar el jardín, preparar un festejo etc).
siembras la semilla, la abonas y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable; en realidad no pasa nada visible con la semilla durante los primeros siete años; a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de sólo seis semanas la planta de bambú crece …¡más de treinta metros!
¿Tardó sólo seis semanas en crecer? no; la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, ese bambú estaba generando, silenciosamente, un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años".
Esta lectura nos quiere iluminar acerca de la importancia del desarrollo de los niños en los primeros siete años. Los expertos dicen que la manera como se forme a un niño en estos primeros siete años, va ha depender su futuro como estudiante. Es la etapa de echar raíces. Es un periodo decisivo en la configuración de la estructura cerebral. Es el periodo ideal para estimular todo, tienen una enorme velocidad de aprendizaje. El cerebro del niño es como una semilla que germina al ponerla en contacto con la experiencia. La experiencia la va a convertir en: cultura, desarrollo, conciencia de si y conciencia creadora. En esta etapa no diferencian entre realidad y fantasía. Las zonas que no son estimuladas se pierden.
Aprovechar todas las instancia del diario vivir (salidas al supermercado, paseos, trayecto del colegio a la casa, etc.) para estimular el lenguaje, el pensamiento, los sentidos, la creatividad y lo que van aprendiendo en el colegio. Es la etapa de formación de hábitos por excelencia porque, todas las experiencias de aprendizaje deben darse en forma sistemática, de lo contrario se pierden.
Un gran enemigo de este proceso es la tecnología, es decir: televisión, computador, juegos electrónicos. Entre los 2 y 5 años debemos brindarles un ambiente con variadas oportunidades de aprendizaje y experiencias a través de juegos didácticos, talleres para niños, lecturas de cuentos, conversaciones en familia, salidas y paseos familiares, espacios para correr, saltar, trepar, experiencias de contacto intenso y lúdico con la naturaleza y con la vida cotidiana (cocinar, cuidar el jardín, preparar un festejo etc).
“Extracto de Seminario dictado por la
Dra. Amanda Céspedes
Neuropsiquiatra infantil”.Fin
Dra. Amanda Céspedes
Neuropsiquiatra infantil”.Fin
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