lunes, 22 de noviembre de 2010

DE PASEO CON LA FAMILIA 2010

Lucas 2, 41-50

Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua y, cuando cumplió doce años, fue también con ellos para cumplir con este precepto. Al terminar los días de la Fiesta, mientras ellos regresaban, el niño Jesús se quedo sin que José lo supiera, ni tampoco su madre. Creyendo que se hallaba en el grupo de los que partían, caminaron todo un día y, después, se pusieron a buscarlo entre todos sus parientes y conocidos. Pero, como no lo hallaron, prosiguiendo su búsqueda, volvieron a Jerusalén.

Después de tres días lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que los oían quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas. Al encontrarlo, se emocionaron mucho y su madre le dijo: “Hijo, ¿Por que nos has hecho esto? Tu padre y yo te buscamos muy preocupados.” El les contesto: ¿Y por que me buscaban? ¿No saben que tengo que estar donde mi Padre?”

Pero ellos no comprendieron lo que les acababa de decir. Volvió con ellos a Nazaret, donde vivió obedeciéndoles. Su madre guardaba fielmente en su corazón todos estos recuerdos.

Mientras tanto, Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia, tanto para Dios como para los hombres.



Estimados Apoderados del Primero Básico B:

Uno de los principios básicos de la Arquitectura Moderna lo encontramos en aquel postulado que dice: la forma de un edificio siempre sigue a la función que se desarrolla en él. Lo anterior es muy fácil de entender cuando comparamos, por ejemplo, un packing (donde se envasa fruta) con una hostería o un estadio con un edificio de viviendas.

Algo similar pasa con el diseño de automóviles. Si quisiéramos viajar de paseo desde Santiago a Puerto Varas podríamos hacerlo sin problemas, por ejemplo, en un Lamborghini color amarillo. En él iríamos totalmente seducidos por su diseño italiano de ultra vanguardia circulando, como una modelo en pasarela, a través de la Ruta Cinco Sur y rugiendo a 200 Kms por hora. En un vehículo como éste a nadie se le ocurriría pedir al copiloto que pase hacia atrás y saque del cooler un par de latas de bebida para los niños. Si lo intentara lo único que lograría sería golpearse la cabeza con el techo, colocar el pié sobre la palanca de cambios y terminar el intento sobre la humanidad de un confundido e histérico piloto.

Distinto el viaje conduciendo una Camper (o casa rodante). En ella no existe el problema planteado anteriormente. Si el copiloto decide echar un vistazo atrás, podrá realizara la acción con toda comodidad. Encontrará suficiente espacio entre los asientos para pasar y al levantarse no se golpeara la cabeza con el techo, ya que la altura del vehículo le permitirá circular de pié. Como el motor del vehículo va montado bajo el asiento del piloto, la parte posterior queda reservada para habitáculo de la familia. Por este motivo cuando el copiloto deje la cabina de mando, inmediatamente pasará hacia un espacio concebido para funcionar como un verdadero hogar. Sin embargo el viaje se interrumpe con un pinchazo de rueda.

A falta de Lamborghini o Camper, a San José y a la Virgen María le habría sido de mucha utilidad haber contado, al menos, con una carreta tirada por un caballo para emprender la búsqueda de Jesús perdido. Sin embargo sabemos por el Evangelio que lo más probable es que la Sagrada Familia haya agotado a pié aquel viaje de tres días. De aquí el dicho que dice: “uno propone y Dios dispone”. Por este motivo los Delegados del Primero Básico B desean agradecer a Dios y a la Mater de que el Paseo del Curso, luego de su planificación, haya salido bien, sin ninguna niña perdida y con mucho agrado tanto para los niños como para adultos. Fin.

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