martes, 9 de diciembre de 2008

AL ARBOL SE LE PODA PARA QUE DE MAS FRUTO


Yo soy la vid: Produzcan frutos en mí (juan 15,1-17)

“Yo soy la Vid verdadera, y mi Padre el vinador. Si alguna de mis ramas no produce fruto, él la corta: y limpia toda rama que produce fruto para que de más.

Ustedes ya están limpios: la palabra que les he dirigido los ha purificado. Permanezcan en mi y yo permaneceré en ustedes.

Como la rama no puede producir fruto por si misma si no permanece en la planta, así tampoco pueden ustedes producir frutos si no permanecen en mi. Yo soy la Vid y ustedes las ramas. Si alguien permanece en mi, y yo en el, produce mucho fruto, pero sin mi no pueden hacer nada.

El que no se quede en mi, será arrojado afuera y se secara como ramas muertas: hay que recogerlas y echarlas al fuego, donde arden.

Si se quedan en mi, y mis palabras permanecen en ustedes, todo lo que deseen lo pedirán y se les concederá.

Mi Padre encuentra su gloria en esto: que ustedes produzcan mucho fruto, llegando a ser con esto mis auténticos discípulos. Yo los he amado a ustedes como el Padre me ama a mí: permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandatos, permanecerán en mi amor, así como yo permanezco en el amor del Padre, guardando sus mandatos.

Yo les he dicho todas estas cosas para que en ustedes este mi alegría y la alegría de ustedes sea perfecta. Mi mandamiento es este: Ámense unos con otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que este: dar la vida por los amigos.

Ustedes son mis amigos si cumplen lo que les mando. Ya no les diré servidores, porque un servidor no sabe lo que hace su patrón. Les digo: amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre.

Ustedes no me escogieron a mí. Soy yo quien los escogí a ustedes y los he puesto para que vayan y produzcan fruto, y ese fruto permanezca. Y quiero que todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se los de.

Yo les ordeno esto: que se amen unos a otros".



Estimados Apoderados del Prekinder:

No temamos a la división.

En la Santa Misa, durante la presentación de las ofrendas y previo a la consagración, la comunidad canta a Dios ofreciendo los mejores dones, que suben al altar (el pan y el vino). El Sacerdote pide que con ellos también se adhiera nuestra vida, con nuestros amores y buenas razones (postergaciones). Todo aquello lo entregamos a la Iglesia para que esta los eleve al Padre, con la esperanza de que sean aceptados, bendecidos y transformados. Como Dios nos hace Eucaristía en el amor, la división es ineludible. Lo bueno se ofrece y se comparte. La hostia consagrada, aunque es una sola, se eleva y luego se parte para que la gracia llegue a todos. En nuestra vida pasa igual bajo la mirada de Dios. Él espera nuestra ofrenda para limpiarla y podarla para que de esta manera produzca más fruto. La poda la hace el vinador no el árbol, por este motivo debemos confiar en que el resultado será el óptimo a la luz de ese único objetivo: lograr mayor fruto.

El Prekinder se divide en favor de nuestras hijas, para que surja la pequeña María (el fruto perfecto). Los apoderados del Curso debemos estar contentos ya que al final del año hemos hecho crecer el arbolito recto, en forma simétrica y con raíces sanas. No debemos desanimarnos del resultado de la poda ya que lo que se divide son sólo las ramas, el tronco es el mismo y la savia es Cristo y María.



Y el Paseo del Prekinder: nuestro agradecimiento a la Familia Etchegoyen - Gatica (dueños de Casa), a los Master del Asado y a todas las Familias asistentes. Fue un momento muy grato del que todos disfrutamos. Fin.

No hay comentarios: