sábado, 25 de junio de 2011

¡PAPITO (ABBA)!





Edición e interpretación de instrumentos: Pastoral del Curso

Musica y orquestación: Abba Pater (Papa Juan Pablo II)

Fotografías de Consagración: José Muriente.

Fotografías de Fiesta Mariana y entrega de Biblias: Marcelo Ahumada H.



Romanos 8, 15-17


Ustedes no recibieron un espíritu de esclavos para volver al temor, sino el Espíritu que nos hace hijos adoptivos, y en todo tiempo llamamos ¡Abba!, osea ¡Papito!


El mismo Espíritu le asegura a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos también herederos. Nuestra será la herencia de Dios, y la compartiremos con Cristo; pues si ahora sufrimos con él, con él recibiremos la Gloria.



Estimados Apoderados del Segundo Básico B:


Se nos acaba el Primer Semestre y ya estamos a mitad de camino. La pastoral del Curso entra en un receso, muy necesario, para tomar nueva vitalidad para las próximas actividades luego de las vacaciones de invierno. Sin embargo esto no significa no hacer nada, al contrario es el momento propicio para ir al encuentro de Jesús, es decir acercarse a la Luz estudiando la Palabra de Dios y asistiendo al Templo.


A las niñas les fue entregada, hace un par de semanas atrás, de manos de la Hermana Directora, su primera Biblia (Dios habla a sus Hijos). A Ellas se les dijo: "Recibe la Sagrada Biblia y guarda siempre la palabra de Dios". Fue un momento importante para nosotros como padres y madres con fe, ya que como lo indica el título del libro, les fue regalada la Biblia a personas que poseen una dignidad muy grande ante el mundo, la dignidad propia de Hijas de Dios. En este libro las niñas podrán extraer la palabra de Dios Padre, pero como aún son pequeñas será importante que nosotros les ayudemos un poco a entenderla.


No debemos olvidar el espíritu del Colegio Mariano Schoenstatt. Las niñas van creciendo física, moral e intelectualmente, pero a su vez se van consagrando (recuerden las palabras dichas en el Prekinder, allá en la primera clase: "Ustedes son las predilectas"). Hay que entender que la palabra consagración va muy ligada al atributo final del ser Hijos e Hijas de Dios. Hijos de Dios ya lo somos por el bautismo, sin embargo forjamos este título con la lucha de los cristianos en el día a día. Consagrarse significa entregarse por entero. Las niñas se entregan a la Mater, para que por medio de Ella se entreguen completamente a Dios, entendiendo de que lo que se entrega es el corazón, donde habitan los sentimientos, todo lo que somos como personas y en donde además desea residir el Espíritu Santo.


Consagración a Dios es también sinónimo de santificación, o sea configuración en Cristo (ser reflejo de Jesús en nuestro cuerpo). Para pertenecer al Padre, primero hay que pertenecer al Hijo. Jesús nos pide que creamos en él, en su palabra, ya que será su palabra la que elevará y convertirá el corazón ( no veremos a Dios si primero no hay pureza en nuestra alma). Las niñas se van consagrando al ritmo de la Mater, con cuidado y delicadeza, como jugando en una ronda o moviéndose al ritmo de una bella danza.


Sin embargo el resultado final es el mismo que en la persona del gran Apóstol San Pablo. Su experiencia con Dios, aunque accidentada (cae del caballo en que viaja) fue su encuentro con la Luz y la palabra del Hijo de Dios, que en un momento le grita ¿Por qué me persigues? Su consagración fue el resultado de este encuentro, al pasar su persona de ser un perseguidor de cristianos a Apóstol de Dios y pilar de la Iglesia Católica. San Pablo convirtió su corazón para aconsejarnos con sus palabras, que son evangelio y que encontraremos siempre en la Biblia: "Con Cristo Jesús siempre podremos llamar a Dios como un Padre (Abba). Fin.

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