jueves, 3 de diciembre de 2009

SIEMPRE HABRÁ ALGUIEN QUE TE LLEVE AL SEÑOR



Juan 2, 43-46:

Al día siguiente, Jesús resolvió partir hacia Galilea. Se encontró con Felipe y le dijo: "Sígueme." Felipe era de Betsaida, el pueblo de Andrés y de Pedro. Felipe se encontró con Natanael y le dijo: "Hemos hallado a aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y también los profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret."

Natanael le replicó: "Pero ¿Qué cosa buena puede salir de Nazaret? Felipe le contestó:
" Ven y lo verás."

Estimados Apoderados del Kinder:

No esperemos que algo sobrenatural o extraordinario nos guíe el camino correcto hacia donde está Dios. El Señor confía esta empresa a personas muy cercanas a nosotros mismos, muchas de ellas comunes y corrientes y en circuntancias del todo vacías de efectos especiales. La Peregrinación al Santuario de Bellavista, recién pasado, es una demostración de esto (un grupo de amigos caminado por la vereda, en una dirección, bajo el sol de la mañana, acompañados del sonido del tránsito, con nuestras queridas Hermanas animándonos cariñosamente con canciones, música de guitarra y oraciones, con la ilusión de llegar rápido al destino final).
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Todo lo anterior para ponernos en presencia del Señor, recibir su bendición y dialogar con él por medio de la siguiente y hermosa oración al Espíritu Santo:
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Espíritu Santo, eres el alma de mi alma.
Te adoro humildemente.
Ilumíname, fortifícame, guíame, consuélame.
Y en cuanto corresponde al plan
del eterno Padre Dios, revélame tus deseos.
Dame a conocer lo que el Amor eterno desea de mi.
Dame a conocer lo que debo realizar.
Dame a conocer lo que debo sufrir.
Dame a conocer lo que silencioso, con modestia y en oración debo aceptar y soportar.
Sí, Espíritu Santo, dame a conocer tu voluntad y la volutad del Padre.
Pues toda mi vida no quiere ser otra cosa que un continuado y perpetuo Sí a los deseos y al querer del eterno Padre Dios.
Amen. Fin.

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