lunes, 13 de septiembre de 2010

CAFE SIN ENDULZANTE



(Ilustración artículo de Jorge Guerra Carreño, Libro: El Sur de los Andes, Autor: Jorge Aguirre Silva)

Lucas 24, 36-41

Mientras estaban hablando de todo esto, Jesús se presento en medio de ellos. Les dijo: “Paz a ustedes.” Estaban atónitos y asustados, pensando que veían a algún espíritu.

Pero el les dijo: “Por que se asustan tanto, y por que les vienen esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo. Tóquenme y fíjense bien que un espíritu no tiene carne ni huesos, como ustedes ven que yo tengo.” Y al mismo tiempo les mostró sus manos y sus pies. Y como en medio de tanta alegría, no podían creer y seguían maravillados, les dijo: “Tienen aquí algo que comer?” Ellos le ofrecieron un pedazo de pescado asado y el lo tomo y comió ante ellos.



Estimados Apoderados del Primero Básico A y B:

Meditando sobre el sentimiento patriótico con que viene el mes de Septiembre, el cual trae siempre un llamado a la unidad nacional en lo festivo, he querido aprovechar este breve tiempo para construir la unidad del Primero Básico tras un fin sobrenatural. Todos nosotros nos hemos conmovido por la suerte de los mineros atrapados al interior de la Mina San José, los cuales pasarán varias semanas encerrados, hasta que los puedan sacar del lugar donde se encuentran. Aunque deberán tener mucha paciencia y esperar, las maquinas que operan en el salvamento tarde o temprano llegarán al objetivo y finalmente serán rescatados.

Mientras esto avanza, los mineros vivirán el bicentenario recluidos in sub terra. Nosotros en cambio lo tenemos todo para ser dichosos durante el fin de semana: salud, aire fresco, buen tiempo, sol y nuestra familia cerca. Posiblemente, muchos subiremos unos kilitos de más durante la fiesta y con el jolgorio será natural que nos olvidemos, por un momento, de todos los problemas. Entonces, que mejor oportunidad para los Apoderados del Primero Básico A y B el de poder unirnos, espiritualmente, en favor de los 33 hombres atrapados en la Mina de San José. Pero ¿Cómo lograr esto?

Los Bautizados sabemos que tenemos el privilegio de ser Hijos de Dios, muy unidos al designio por su providencia. Él ha permitido que los mineros hayan podido sobrevivir al derrumbe y que ahora esperen por su rescate. Sin embargo como la misericordia de Dios no tiene barreras, muy fácilmente puede introducirse por las fisuras más apretadas, ya que no existen para él los abismos donde su presencia no pueda alcanzar. Cuando Jesús se cuela por entre las piedras es para llevar la paz y la esperanza, tanto proveniente de Dios mismo como también de toda su Iglesia.

Para que nosotros seamos partícipes de la Paz que da el Señor debemos compadecernos del prójimo, al igual como él se compadece del que sufre (sentir un poco lo que siente el otro). Por este motivo si deseamos unirnos a los 33 trabajadores atrapados debemos experimentar, un poco, la privación o la incomodidad. Durante la celebración de Fiestas Patrias no nos va a faltar la rica comida y el buen postre. Sin duda que remataremos todo con el infaltable cafecito con endulzante (para no exagerar la cuota). En ese preciso momento podríamos detenernos y unirnos a los 33 mineros atrapados, privándonos (por ejemplo) de la sacarina. Tendremos como resultado un último trago amargo, pero si lo ofrecemos a la Mater (quizás acompañado de un Ave María mental), Ella se encargará de poner, en manos de Dios, este insignificante gesto nuestro que sin duda el Señor multiplicará, con su paz y esperanza, el interior de las almas de los mineros chilenos. Fin.

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